miércoles, 31 de marzo de 2010

Teoría del SÍ.

"Sirena vuelve al mar, varada por la realidad"

Y es en días como estos cuando necesito leer a Bradbury. Estoy acostumbrada a soñar, a vivir sin tocar tierra. De golpe alguien tene el antojo de pegarme un tirón de los pies.

"Amy dice que el amor te hace hacer estupideces"

A la mierda con Amy y sus historias. El amor... un día le da por meterse en tu vida, y entonces olvídate de hacer estupideces (o resígnate a hacer las estupideces socialmente aceptadas, de las que un día o otro te vas a arrepentir). Las estupideces se hacen por la imperiosa necesidad de romper esquemas, por el deseo de vivir, sin amoldarse a esquemas que buenamente te propone alguien, unos lo llaman la sociedad, otros lo llaman respeto, y otros ''sentido común''. A la mierda también con ellos!
A quién se le ha concedido el buen juicio para decidir qué es correcto y qué no?

Creo que las estupideces (o esas cosas que hacemos sin lógica ni sentido aparente) són lo que nos lleva a vivir cosas maravillosas.

- ¿Sales ahora del curro?
- Sí, estoy rebentada.
- Es que nos vamos a la playa con unas litronas, que es luna llena. ¿Te vienes?

Lo normal, si trabajas al día siguiente, es irte a la cama, dormir, levantarte con relativas fuerzas, y volver a la rutina... ERROR.

- Sí, voy a cambiarme y vuelvo!

Y terminas bañándote en pelotas mientras ves el amanecer. Estarás rebentado, sí. Pero la energia que te da una noche así, las nuevas amistades, las nuevas experiencias... valen lo suficiente para olvidarte de la resaca, del cansancio, y de los quilos de arena que encuentras en la cama cuando te despiertas. Y no hace falta estar enamorado para decir que sí a estas cosas.

Mi teoría es la del sí. Poco puedo perder por decir que sí. Pero ¿cuánto puedo perder por decir que no? Ariésgate. ¿sale mal? Olvídate. ¿Sale bien? Dí que sí, mujer. Y recuérdalo para la próxima.


A merced de las olas - Sínkope.


Tomando veneno pa' cruzar el mar
dieron mis huesos contra un temporal
y estuve algún tiempo a merced de las olas.

Anduve sin frenos
por caminos sin alma,
bajé al infierno a mojar en su salsa
y me adentré en el lado salvaje.

Y emprendí un viaje hacia lo desconocido,
rulé por parajes dónde lo prohibido
ofrece masajes que alivian y rompen.

Y abrí muchas puertas,
las pasé muy putas,
buscaba respuestas
y hallé más preguntas.
durmiendo a la sombra de mi sinrazón.

Y perdí los papeles del buen camino,
perdí la vergüenza
y medio sentío,
y entré en la consciencia de la locura.

Con cierta ternura maté mis miedos,
engrasé mi armadura y mi cerebro
y bebí en la fuente de la tristeza.

Y pieza a pieza fabriqué mi mundo.
Asumí consecuencias y eché a rodar,
entre flores risueñas del bien y del mal.

No paré quieto en rama verde,
pa' ir a otro sitio a veces no necesito nisiquiera moverme.
Soy perro viejo,
gato escaldao.
Yo me manejo, me ensucio y me lavo.
Y no doy consejos ni los regalo.

Y aunque he mentío no me he engañao.
Conocí al diablo y le robé su alma.
Yo soy mi enemigo y estoy de mi lado.
Y aún sé desnudarme con la palabra.

Y perdí los papeles del buen camino,
perdí la vergüenza y medio sentío
y entré en la consciencia de la locura.

Con cierta ternura maté mis miedos,
engrasé mi armadura y mi cerebro
y bebí en la fuente de la tristeza.

Y pieza a pieza fabriqué mi mundo,
asumí consecuencias y eché a rodar,
entre flores risueñas del bien y del mal.

No paré quieto en rama verde,
pa' ir a otro sitio a veces no necesito nisiquiera moverme.
Soy perro viejo,
gato escaldao.
Yo me manejo, me ensucio y me lavo.
Y no doy consejos ni los regalo.

Que no vendo sueños ni flores en ramo.
Que yo soy mi dueño, que yo soy mi esclavo.

A merced de las olas en mi barco de papel,
a merced de las olas en mi barco de papel,
a merced de las olas en mi barco de papel...
A merced de las olas, de las olas a merced.

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