lunes, 26 de abril de 2010

Mil quilates - Marea

Viaje... hasta dónde.

"Adiós rosa con fortuna, que a mi hija vas a ver, le das un beso en la frente, cuando la vayas a ver..."


La recogió en la Avenida de la Plata. Sólo le saludó y le pidió que la llevara a Emilio Baró con la Avenida Valladolid. Quedaba más o menos lejos.
La chica no era muy alta, de unos 20 años.
Solía saber más o menos cómo era la gente cuando la veía subir al taxi, por su forma de hablar, por sus gestos.
En este caso, por cómo mantenía la cabeza alta i la cara serena deducía que era una persona orgullosa, casi elegante, pero con una elegancia particular.Por cómo miraba fuera del coche quedaba claro que conocía la ciudad, que ya había pasado varias veces por esas calles, pero era incapaz de dilucidar si los recuerdos que le traían eran buenos o malos. Como si solamente fueran recuerdos, y no pudiera diferenciarlos. Sus manos se recogían quietas, relajadas, sobre su regazo, pero no las movía en ningún momento, parecían estar esperando el momento exacto, como si estuvieran acechando, esperando algún recuerdo bueno para agarrarlo y mantenerlo siempre a su lado. En todo caso era alguien con fuerza. No sabía por qué, pero su mirada no hablaba de unos idílicos 20 años. Hablaba más bien de unos 20 años cargados de experiencias, buenas, malas y otras, ni buenas ni malas. Esos ojos hablaban de entender el mundo y la vida como... como una caja de bombones. Esto es lo que hay y ahí puedes elegir tu camino. Y aún eligiendo a consciencia, puede que cojas el bombón más apetitoso que jamás hayas imaginado y, al morderlo darte cuenta de que va relleno de un licor extraño, demasiado amargo para querer terminartelo. A veces, uno tiene más suerte, y se descubre comiendo el bombón más delicioso jamás encontrado. Pero él no veía sus ojos. Su mirada se perdía a través del cristal. Miraba distraída esa ciudad que, tras 3 años y algo, aún le resultaba odiosa, sorprendente, deliciosa, fea, casi horrible, inundada de luz algunos días y otros oscurecida como por un manto mortecino. Nunca había sabido cómo entenderla, cómo vivirla. Y ahora tampoco lo lograba. Pero lo que en ningún momento le preocupó fue cómo la recordaría. Porque ella era una chica con suerte. Una mujer con mucha suerte. Ella se había ido lejos de casa para saber que había un sitio al que volver.

lunes, 19 de abril de 2010

Al socuello de tus pechos - Sínkope


Nubes de humo se elevan desde el suelo,
las trinco, fumo y me monto un riachuelo,
que desemboca en un mar donde las olas
juegan desnudas pa sonrojar al viento.
Y en tus caderas se echa el atardecer
y las estrellas andan cogiendo sitio,
el día se oculta y nos roba los colores
y entre las flores tu boca esta de vicio.
Y la brisa acaricia tu pelo, y me dejo seducir por tu olor,
te desnudas y me meto yo dentro y en un momento abres tu flor
y me engancha su aroma
y la luna se asoma to colocá,
atrevida nos roza y fogosa se posa sobre el encinar
y en tus ojos ardientes me meto valiente pa ir mas allá
que después de volar me retiro a descansar al socuello de tus pechos de seda,
y después de volar me retiro a descansar al socuello de tus pechos de seda.
De yerba fresca me curro un canutito
y me entretengo mordiéndote los labios,
llega la risa nos brillan los ojitos y por tu cuerpo se extravían mis manos
y tengo hambre y te lo como todo y por tu boca mi lengua se abre paso
poquito a poco nos volvemos locos, junto a la luna sobaos nos quedamos ¡Que no es poco!
Y amanece y el alba nos lava con el rocío que la noche parió,
el sol acude con resaca y legañas, ayer la montaña quería calor
y la luna se ha ido a mirarse en el río el careto que lleva
y ha dejado encendido donde hemos dormido un porrito de yerba.
De tus ojos ardientes me salgo pa verte y me vuelvo a colgar,
hasta que venga tu boca toa sonriente y me la ponga dura tu caminar,
hasta que se haga la noche, el día se acueste y baile la luna toa colocá,
Toa colocá, toa colocá,toa colocá,toa colocá, toa colocá, toa colocá, toa colocá!
Al socuello de tus pechos ya me encuentro satisfecho,
y si pierdo la razón, la busco en tu corazón.

Pura sangre - Saratoga


Manto de nervios, suave placer,
guerra de fuerza, titán del poder.
Raza y valor, furia y pasión.
Enséñame tu energía.

Siempre caliente que invita a correr
volverme loco sería caer
el aire paró, el sol se apagó,
solos estamos tú y yo.

Haz del momento un lugar ideal,
el alba vigila mi cuerpo.
Impulsos fluyen dentro de la piel
solo deseo que no pares nunca
que no se rompa el conjuro.

Pura sangre
sobre tus crines la rosa del viento
Alma joven
tenaz e invencible, tu alma, mi miedo.
Fuiste el capricho de un dios.

Aprendo salvaje tu forma de ser,
aprieto mis piernas, me siento vencer,
aléjame, a otro lugar
haz que esta brisa no cese

Tu brío es noble, me quiero perder
sobre tu cuerpo y el mío a la vez,
galoparás, me atraparás
tienes las riendas del mundo

Haz del momento un lugar ideal
el alba vigila mi cuerpo .
Impulsos fluyen dentro de la piel,
solo deseo que no pares nunca
que no se rompa el conjuro.

Pura sangre
sobre tus crines la rosa del viento
Alma joven
tenaz e invencible, tu alma, mi miedo,
fuiste el capricho de un dios


Sigues mis pasos mostrando ser fiel,
oigo tus sueños susurran correr,
podrías ganar mi corazón,
si el alma no fuera tan justa

Jamás bajó su mirada ante mí,
en las montañas o en la gran ciudad,
instinto animal, eres el zar,
aunque al peligro me lleves.

Haz del momento un lugar ideal,
el albavigila mi cuerpo.
Impulsos fluyen dentro de la piel
solo deseo que no pares nunca,
que no se rompa el conjuro.

Pura sangre
sobre tus crines la rosa del viento
Alma joven
tenaz e invencible, tu alma, mi miedo,
fuiste el capricho de un dios.

viernes, 16 de abril de 2010

No me dejes sola,
no esperes al reloj,
que no nos marca las horas,
que no nos marca los hados,
sólo nos señala los pasos,
los caminos que hemos tomado.

No me dejes sola,
no esperes al sol,
que esta noche no sé hacerme poesía,
que necesito tus palabras
pa' que me vistan,
que desnuda sólo sé estar a tu lado.

No me dejes sola,
no esperes al día,
que no me gusta la luz,
que es la del ayer,
me llena de melancolía.
y soy animal nocturno.

No me dejes sola,
no me dejes sin sueños,
que sin tí son pesadillas.

miércoles, 14 de abril de 2010

Succió immensa - Bernat Nadal

La solitud no atorga saviesa, provoca
ofec y turons porpres amb claror d'horabaixa,
per suavitzar les nafres guardades al jardí
dels records. Són derrotes, allò que ens fa de ferro,
perque vegem les coses tal com són, i fan crèixer
verdet dins els records, sempre llenegadissos.
El desig és l'abisme mai consumit del tot
i l'amor és succió immensa dins la cambra
del temps, somni esquerp de siluetes fràgils.
Recordes la postal que férem per cap d'any?
Al dibuix, la nuesa tèbia i femenina
reposa en equilibri enmig de calaveres
que l'envolten, plaer i destí, un fibló
que ompl tots els racons adolorits de l'ànima.
Viure és el privilegi dels déus en plena súplica
per devenir humans. Vida, sexe i mort,
passar per l'existència i sortir-ne amb les mans
mig netes. És l'honor que vull imaginar
quan la sang esdevingui cendra del paradís.

Bernat Nadal, La carn que cruix. Premi Mallorca de Poesia 2008.

La feria de las tinieblas - Ray Bradbury

- Para algunos el otoño llega temprano y se queda mucho tiempo en la vida; octubre sigue entonces a septiembre y noviembre sigue a octubre, y luego, en vez de diciembre y el nacimiento de Cristo, no hay Estrella de Belén, no hay regocijo, y septiembre vuelve otra vez y el viejo octubre, y así durante años, sin invierno ni primavera, ni verano vivificante. Para estas gentes el otoño es la estación normal, el clima único sin alternativa. ¿De dónde vienen? Del polvo. ¿Adónde van? A la tumba. ¿Es sangre lo que les corre por las venas? No, el viento de la noche. ¿qué se les mueve en las cabezas? El gusano. ¿Quién habla por las bocas de estas gentes? El sapo. ¿Quién ve por esos ojos? La serpiente. ¿Quién oye en esos oídos? El abismo entre dos astros. Pasan la tormenta humana por el cedazo en busca de almas, devoran la carne de la razón, llenan las tumbas de pecadores. Los impulsa un frenesí. Invaden todo como escarabajos en ráfagas; reptan, se arrastran, se filtran, oscurecen las lunas y enturbian las aguas claras. La tela de araña los oye, tiembla... y se rompe. Son las gentes del otoño. Cuídate de ellos.

Riesgo calculado

El mero hecho de ser mortal no me hará desear elegir mi modo de enterrarme esta tarde.

Katherine Neville - Riesgo calculado
Y quiero decirte ¿qué más da?

¿Qué más da, si ya sabemos que no va a ser definitivo?

Hoy, mañana... el final acecha, maldito perdedor.
Quan s'anticipa un principi, s'anticipa també un final. Aquest regust amarg que tota il·lusió deixa a sa boca es primer dia i es darrer.