domingo, 16 de mayo de 2010

Mil.




Hoy rodaré por mi cama,
en un abrazo único,
hasta caer al suelo,
y recordarte con mis manos.
Mis labios,
bajo tierra,
muy cerca del Averno,
se ofrecerán a Carontes,
sólo para chillarle al maldito Cancerbero que te guarda,
que me dé paso,
que me retenga junto a tí,
a mil metros bajo tierra,
a mil metros de esta realidad.
Que esto es una guerra de hermanos,
en que mueren miles de amores al segundo,
mil voces al unísono,
que te reclaman.
Yo sólo pongo queja,
que este maldito cráter yermo,
sólo desea florecer bajo mi vientre,
por tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario